jueves, 29 de abril de 2010

Nacer de nuevo


Mi amiga Vanessa dice que para crear algo hay que destruir algo primero. Que los hindúes tienen un dios de la destrucción en el que confían para casi todo. En este caso mi dios de la destrucción tiene nombre propio, y apellidos. Se lo ha llevado todo, ha arrasado como un huracán.

Tendré que hacerle un homenaje a mi dios y, por más que eche de menos la raíz, empezar a comerme las flores.

No quiero, no quería y no quiero, pero no tengo otra opción que coger las cenizas, tirarlas al agua y verlas flotar en la corriente. Y volver a nacer, aunque tenga que aprender de nuevo a andar, a comer, a sentir, a verme.

Y es que además de un dios de la destrucción, voy a crearme un dios de la moderación y le voy a rendir pleitesía, y honores. Moderación en todo, pero sobre todo en amar, y en darse. Para que al menos, entre las cenizas, se pueda recuperar algo la próxima vez.

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