La Policía del Karma: una misma.
Cuando las cosas parecen venir dictadas por una Ley de recurrencia lejana e inmanejable, tengo que convertirme en jueza y tratar de leer lo que esta Ley lleva escrito entre líneas, a ver si logro comprender algo.
Y si no, elegir permanecer en el vacío legal de los sueños, en el territorio comanche de la ingenuidad, en el auto-trazado continuo del devenir de mis días. Como dijo Nacho anoche en escena: "morir... o no".
Policía del Karma, Ley inquebrantable, tienes derecho a guardar silencio. Le pongo las esposas a estas normas y las encierro en la sombra.
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