sábado, 16 de noviembre de 2013

My name

I was named Gabriela after the main character of a book my dad read while mum was pregnant.

I was named Gabriela after nobody they had ever met.

I was named Gabriela after a wish, after a projection, after an idea of what my father wanted me to be like.
Was I named randomly? Did it happen just by chance? Don’t think so…

Gabriela sounds to me like the sharp waving of a sword ripping the air, sounds like “here I am”, sounds like clouds opening and light brightening up the dark room.

Gabriela sound unique, sounds like a 40’s jazz song sung by Ella Fitzerald… What a coincidence! Ella, ella… Ela.

I was nicknamed Ela by my newborn sister, when she couldn’t put those weird letters all together. And then it happened: Ela is even softer, even sharper, even brighter… even more unique.

I was named Gabriela after the main character of a book my dad read while mum was pregnant.


Gabriela sounds so right to my soul, that I reckon I must have whispered: “Gabriela is this soul’s name” while being inside my mum… and my dad could hear my whisper through a kiss… Gabriela…

jueves, 2 de febrero de 2012

MIS YOES


Uno de mis múltiples yoes se va detrás de esa señora que se baja del metro. Otro yo piensa en la cita para renovar el DNI de esta tarde. Otro padece un pinchazo de dolor en mi recién vaciada nariz. Otro rememora la noche pasada. Otro se concentra en mandar toda su energía a las nubes para que descarguen una tormenta que le arranque al cielo toda la mierda que lo oscurece. Otro bosteza por dentro y por fuera. Mientras todos estos yoes hacen todas estas cosas, otro de mis yoes lee esto:


… encorvado sobre el papel en un charco de luz angular, no deseo ser nada salvo lo que soy. ¿Quién qué soy? Mi respuesta: soy la suma total de todo lo que ocurrió antes que yo, de todo lo que he sido visto hecho, de todo lo-que-me-han-hecho. Soy todo el que todo lo que cuyo ser-en-el-mundo me afectó fue afectado por mí. Soy todo lo que sucede cuando me he ido que no hubiera sucedido si no hubiera visto. Y tampoco soy especialmente excepcional al respecto; cada “yo”, cada uno de los hoy-seis-cientos-millones-y-pico de nosotros, contiene una multitud similar. Lo repito por última vez: para entenderme, tendréis que tragaros un mundo (Hijos de la medianoche. Salman Rushdie).

martes, 3 de enero de 2012

Navidad en Familia


     Los que convenimos en llamar “adultos” dibujan y recortan, como niños nerviosos, figuras indefinidas en papel metalizado. Antes de pelearon para elegir el color, ahora vigilan que nadie les copie.

     Después, los que convenimos en llamar “niños”, nos metemos en la cocina y desaparecemos del mundo durante tres horas. Los lienzos dan vueltas alrededor de la mesa, desaparece el “quién ha hecho tal cosa”, desaparece el "y luego qué", todos pintamos sobre lo de todos.

     Al comprar los materiales sólo quedaban óleos. Los no tan niños de entre los niños, advertimos a los más niños de que el óleo no se limpia fácilmente y de que no se manchen. Al salir de la cocina, los más niños de los niños están mucho más limpios que los no tan niños.

     Invitamos a los conocidos como “adultos” a ver nuestra obra colocada sobre la vitrocerámica. Ahora vamos a poner nombre a cada pieza y repartirlas. Una obra de arte colectiva y rotatoria, en cada casa una pieza y el año que viene cambio. Lío, discusiones, yo quiero éste, yo aquél, hacemos un sorteo…

     Por fin los niños más niños ponen un poco de sensatez: esto no se puede separar. Los seis fragmentos sólo deben estar unidos. Mi tía Ana se encargará de enmarcarlos juntos y de buscarles una pared que alegrar.

viernes, 18 de noviembre de 2011

MI NUEVO HOGAR






















El señor y la señora me enseñaban la que iba a ser mi nueva casa. Empezaban por enseñarme el bosque en el que la casa se escondía. Volábamos sobre las copas de los árboles para ver mejor el bosque.

Era un bosque húmedo, negro y tupido, de altísimos árboles muy oscuros con troncos interminables. La luz que surgía de por encima de nuestras cabezas, apenas era capaz de atravesar las primeras ramas de las copas. Sin embargo, a pesar de la lobreguez del fresco bosque, era posible adivinar el vuelo de miles, millones, de pájaros de todos los colores, de todas las especies, aleteando veloz y ágilmente entre las ramas y las copas, evitando los obstáculos que los bellos árboles representaban para sus caprichosas trayectorias. Todos aquéllos pájaros piaban creando un estruendo extrañamente armónico.

Ésta iba a ser a partir de ahora la música de las mañanas en mi nuevo hogar.


(No recuerdo haber llegado a ver la casa en sí, volando por encima de mi bosque, supe que ésa era la habitación más importante de todas, la única importante).