miércoles, 22 de junio de 2011

Maniobra de Heimlich (el abrazo que salva vidas).

Hay dos formas de sacarse un nudo de la garganta. Una es a lo bruto, uno mismo, a base de constancia y rigor. La otra te la puede facilitar alguien desde fuera, alguien que se concentre lo suficiente en ayudarte, alguien que desee que ese nudo salga de ahí y te permita respirar. La persona se pone detrás de ti, toma conciencia de lo que va a hacer, centra todas sus energías y su amor en ti… y te da un abrazo con la presión justa en el punto adecuado durante el tiempo preciso. Entonces, el nudo salta de tu garganta, sale hacia fuera, se convierte en una nube, se evapora.

Tras el abrazo, la persona liberada del ahogo puede sufrir un momentáneo mareo, una leve desorientación, pero transcurridas unas horas, el bienestar será completo y el abrazo habrá surtido efecto.

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